viernes, diciembre 14, 2007

Witechapel, agosto de 1888

Querida madre:

He conocido a un hombre encantador. Me colma de atenciones, camina conmigo a casa cuando salgo de mi trabajo (y sí, madre, trabajo como una humilde costurera, no creas lo que se dice de mí por allí porque son viles difamaciones). Tal vez algún día lo invite a comer (siempre con la compañía de mis amigas Catherine y Mary Kelly) ya que me ha dicho que adora el pastel de carne y riñón. Es un caballero muy educado y con altas conexiones, aunque muy reservado. Al principio pensé que trabajaba como ayudante de contador o en el bufete de algún abogado, pero una vez lo vi por la calle, a altas horas de la noche, apurado y llevando un maletín de médico; seguramente salía de hacer una visita nocturna de urgencia; ¡tal vez tenga suerte y sea un respetable doctor o un famoso cirujano! También pienso que tiene dinero porque muy frecuentemente estrena camisas y sacos nuevos. Oh, madre, ¿podré pedirle que si le sobra alguna camisa que ya no utilice, me la dé para mandarle a mi hermano? ¿O eso no es correcto?

Muchos cariños,

Tu Mary Ann
P.S.: recuerda mandarme los listones que te pedí para arreglar mi vestido, es posible que el jueves 30 vuelva a verlo.

2 comentarios:

Fix Perez Bracamonte dijo...

El steak and kidney pie será envuelto "para llevar".

Anónimo dijo...

Muy bueno.Sobre jack,me gustaría recomendarte,por si no lo leíste,un cuento muy bueno en el que recibe su merecido:"El merodeador en la ciudad al borde del mundo" de Harlan Ellison.Aprovecho para comentarte que ya subí un informe sobre los cuentos que me gustaron de los primeros diez números de "El Péndulo".Me gustaría que lo vieras
y aportaras tu comentario.
Salemo desde losqueabandonanomelas.