jueves, septiembre 20, 2007

Estoy leyendo demasiado a Lovecraft


En el bosquecito que está detrás de mi casa de campo descubrí una piedra que creo que antes no estaba allí. Es un bloque irregular de granito, y tengo la impresión de que algunos de sus ángulos no son naturales, de que alguien los talló a los golpes. Me hace acordar a esos altares en los que los druidas de la antigua Bretaña celebraban sus ritos. Seguramente fue usada como mesa por algún acampante, ya que su superficie tiene una manchas rojo amarronadas, como si alguien hubiera vertido un líquido y lo dejara secar. Una de estas noches invernales, creí ver luces en el bosquecito; seguramente los faros del auto de alguien que extravió el camino. También me pareció escuchar voces graves cerca del muro posterior de mi casa. Unas semanas atrás esto no me hubiera preocupado, porque a la noche solía soltar a mis perros de manera que nadie se atreviera a trepar la pared y entrar a mi jardín. Pero hace unos días que no los encuentro; luego de una noche particularmente oscura no aparecieron en la puerta trasera por la mañana a reclamar su desayuno. A partir de entonces los ruidos nocturnos en el bosquecito han aumentado.
Hoy cuando anochezca, buscaré mi linterna, e iré hacia el bosque.

martes, septiembre 11, 2007

Vincent


"Vincent tomó prestado o robó un arma. En la tarde del 27 de julio de 1890 salió a la campiña y se disparó en el abdomen. Luego volvió caminando a su cuarto, donde se quedó solo, sangrando […]. La familia del posadero se puso ansiosa cuando Vincent no apareció para la cena. Lo habían visto entrar cojeando, y el posadero subió a ver si se sentía mal. Llamaron a un doctor, pero no pudo hacer nada.

Theo llegó a la mañana siguiente. Estuvieron solos por más de doce horas. Nadie sabe qué se dijeron.

Vincent murió el 12 de julio. Tenía 37 años y había sido pintor por unos diez años. En su bolsillo había una carta sin enviar."

Mi versión de un texto de Joel L. Swerdlow